4 de agosto de 2010

preparando la cena en Madagascar

El aire onírico de los sueños la envuelve, le han contado, que la gente blanca, como estos que se han quedado tirados en la carretera, vive al otro lado del mundo, en casas de ladrillos, que son como adobe pero más duro, tienen robots que hacen la colada y lavan platos, y luz en todas las habitaciones; sus trabajos no consisten a acarrear leña, ni apacentar el ganado, muchos trabajan cómodamente sentados delante de un ordenador, en edificios limpios y amplios...que va, seguro que no es cierto, como va alguien a ganarse la vida de esa manera?. Le han dicho que las ciudades son enormes, y que andando todo un día no llegas al final; tiene que ser raro. No poder salir y pasear por el campo al lado de casa, o bajar al río, o correr descalzo, sintiendo Africa en la piel. La cena se quema!. Mañana, al ir a coger agua, parloteara con sus amigas sobre los blancos de la carretera.
De madagascar

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