11 de julio de 2009

costa rica

estoy escribiendo algo al respecto, pero para que veais las fotos, os pongo el enlace:
costa rica

he decidido ir poniendo capitulos, ya que si no es muy largo.
bueno hecho, los 3 capitulos de las 3 paradas en el viaje:

TORTUGUERO

Cuando leía que a Tortuguero no se podía ir en coche, pensaba, ilusa de mi, que seria terreno pantanoso y que por ese motivo había que ir en barca, que va!, Tortuguero es la selva, y no hay caminos ni carreteras en la selva, menos mal!, del embarcadero a nuestro hotel hay mas de una hora en la barca de marras, y no precisamente por que vaya a remos eh? enseguida te das cuenta que no hay posibilidad de hacer el recorrido por tierra, la vegetación lo invade todo, los huecos obvios y los no lo son tanto, los troncos de los árboles en muchos casos no llegan a verse, ya que están cubiertos de plantas que viven sobre ellos, lianas, helechos, etc., incluso hay plantas que afianzan las raíces en la orilla y se expanden por el canal, reduciéndolo a la mitad, como una suerte de colesterol verde :-). La selva crece y se descompone, es el reciclaje constante, las plantas mueren y siempre hay algún animal que lo aprovecha, un circulo perfecto.
Tortuguero es precioso, y no por bonito (que lo es), sino por el propio concepto de lo que es, una reserva, vida salvaje, mínima invasión por parte del hombre...bueno para atentar contra esto último, ya traigo yo a mis dos salvajes, que según llegan al hotel, del cual según David, lo más importante es que tiene una piscina con forma de tortuga, lo primero que hacen es meterse en ella, ya sabéis en silencio, como siempre..., bueno no, en realidad se parecían a los monos aulladores residentes en el arbolado del hotel.
El tour por los canales, es inspirador, las fortalezas y debilidades de la naturaleza, la fuerza arrolladora de la vida que se despliega ante nuestros ojos, es realmente frágil al avance de la "civilización", tendríamos que mimar más nuestro hogar.
El canal elegido es Caño Palma, de aguas negras, la línea divisoria se distingue con claridad en la confluencia con el canal más grande desde el que accedemos, la causa son los taninos de la clorofila de las plantas, que diluidos en el agua le dan ese color característico, la superficie se convierte en un espejo, las raíces en forma de "gamba" de los árboles se desdoblan en su encuentro con el agua, aportando magia al entorno.
Los animales se suceden a lo largo del recorrido, en lo alto de un árbol un perezoso de 2 dedos, una garza tigre, tucanes pico iris de un color verde acido, un martín pescador collarejo bastante grande, un aninga con las alas abiertas para secarse, una garza espalda verde cazando en el río, un putu o pájaro estaca pariente de los búhos, varias loras, monos carablanca, aulladores y araña, estos últimos cruzando el río, por encima de nuestras cabezas, unas nutrias cuyo avance debajo del agua se adivina por las burbujas que van dejando a su paso, un basilisco que en última instancia hostigado por nuestro avance y de mala gana salió huyendo corriendo por encima del agua, un caimán más grande de lo que parecía en un principio, un grupo de tortugas negras comunes acostumbradas a las barcas dado su acercamiento...como los documentales de la 2 pero en vivo, yo lo disfruto como una enana. Para los niños lo más, pero lo más importante es llevar unos prismáticos, acercar un poco más los animales debe ser la leche, el hecho de llevar solo uno para dos niños, es un arma de doble filo, cuando lo tiene uno lo quiere el otro, pero al mismo tiempo es algo atractivo, que si lo tuvieran a tiempo completo no tendría el mismo interés, respecto a lo que ven con ellos, no lo tengo muy claro pero entretenidos están.
En la selva el día cunde mucho, claro! te levantas a las 5 de la mañana!, hemos vuelto del tour por los canales y justo ahora abren el comedor para desayunar, así que queda toda la mañana de galbana en la piscina, que pereza, decidimos ir al canopy, nos han dicho que en Arenal los hay de más adrenalina, pero ahora tenemos tiempo y allí no se como andaremos, además a Pablo le cuesta decidirse, si le digo que son 150 metro de altura no va, así que nos quedamos con este a una altura máxima de 20 metros sobre el suelo de la selva, es divertido, las tirolinas te dejan ver la selva desde arriba, y es suficiente para un poco de velocidad en un sitio tan calmado.
La excursión al pueblo, es interesante, aunque sus casas se ven enfrente mismo del embarcadero del hotel, no hay forma de ir por tu cuenta, otra cosa que yo no comprendí cuando leía sobre ello, la laguna de Tortuguero entre ambas orillas, es tan ancha como dos veces el Ebro, si encuentras transporte vale pero si no na de na. Nuestro guía Rey, nos cuenta usos tradicionales de diversas plantas locales, antimosquitos (zorosi), cicatrizantes para las heridas (cordoncillo o piperácea), bayas y frutos comestibles (árbol del pan), antitérmicos (zorosi también pero preparado en te), jingibre de montaña o caña agria que guarda agua en su interior, y hasta un crecepelo (gloria de la playa en la mañana), su conocimiento es extenso y disfruta transmitiéndolo, nombra a menudo a su padre, fallecido hace 5 meses, que sacó adelante a 8 criaturas en ese entorno gracias a estos conocimientos. Nos cuenta también que cuando él era niño, los americanos se llevaron miles de huevos de las tortugas que dan nombre al lugar, con la esperanza de que poblaran sus playas, arrogancia contra testarudez, siguen prefiriendo las arenas maternas, aunque solo vuelvan tras 25 años, a desovar.
En nuestro tiempo libre, deambulamos por el pueblo, unos niños juegan a las canicas, y me quedo un rato tratando de averiguar las normas del juego, resulta apacible saber que hay niños en algún lugar del mundo, que se pueden divertir horas con unas cuantas canicas y un dibujo en la tierra suelta del camino, otro niño con una bicicleta, que en unos años será de su talla, me sobrepasa, el ritmo del pueblo es tranquilo, el colegio ha terminado hace un rato. El puesto de policía luce un par de sillas ocupadas por dos uniformados policías que son la viva imagen de la despreocupación. En una explanada al lado de la colada secándose, la agencia de viajes clic clic, que lo mismo te lleva de treking por la selva que a Honolulu. La calle termina abruptamente en la entrada al parque nacional de Tortuguero. En el embarcadero, esperamos a todos para volver al hotel, nos hemos ido desperdigando, pero poco a poco, la gente se va reuniendo. Cuando el ritmo en mi vida me resulta demasiado frenético, me paro a pensar que todos los días amanece en sitios como este, que son lugares reales, que también existen y su poso tranquilo me alcanza cuando lo necesito.

ARENAL

La erupción nos pilla de sorpresa a los pies del volcán, es sorda, potente y vibra bajo nuestros pies, y me dan ganas de quitarme las zapatillas para notarla mejor, pero me contento con grabarla, es una lástima no poder pillar el sonido sobrecogedor, que nos ha puesto sobre aviso, y que se va disipando lentamente, si se ven las rocas cayendo por la ladera, se distingue perfectamente el humo que van dejando a modo de rastro en su caída. El espectáculo es fascinante, nuestro guía Youdy, nos deja disfrutar sin mostrar el menor signo de impaciencia, aprovechamos que lo tenemos solo para nosotros y le bombardeamos a preguntas, ha venido mostrándonos la flora local, nos explica sobre el bosque primario y secundario, formados a los pies del Arenal, se distingue perfectamente el espeso bosque tipo selva del primario, del cañaveral ligero, de especies gramíneas del secundario, tras la explosión de 1968, toda la zona de "secundario" queda arrasada por la lava, y la recuperación, si bien inexorable, es lenta.
Nos muestra la mimosa púdica, curiosa planta que al menor roce queda arrugada, y con apariencia poco apetecible. Con renuencia nos despegamos de la magnifica vista, agradecidos de haber podido disfrutarla, el tiempo nos ha dado la tregua exacta, en una suerte de composición temporal óptima, la zona del volcán ha estado despejada en el momento que nosotros estuvimos allí, mientras que otra excursión en otro horario, no tuvo tanta suerte. Es de suponer que desde nuestra habitación del hotel tenemos una magnifica vista del volcán, pero no lo podemos asegurar ya que solo se ve el gris de las nubes, enormes nimboestratos que impiden la visión, el ambiente esta cargado de humedad así que el calor es opresivo, de vuelta al hotel decidimos gastar el resto de la mañana en darnos un chapuzón.
Creo haber leído que hay un camino que lleva al río, un río es un río, y siempre me ha parecido que le da mucha vida a una zona, así que dejo a la familia en la piscina y voy en su busca, hay que subir hasta la zona más alta del hotel, y en el momento de coger el senderito hay un cartel enorme que dice que entras bajo tu responsabilidad, bueeeno, enseguida me encuentro con el canopy, ahora entiendo lo de los 150 m. de los que hablaban, claro, el río esta abajo, y los cables discurren por encima del abismo, los americanos que están haciéndolo se lo están pasando pipa, adrenalina a raudales y un entorno precioso, continuo hacia abajo, nuevamente parece que este en la selva, como en Tortuguero, pero esta vez en vertical, el camino baja haciendo eses, el terreno es irregular y esta clarísimo lo del cartel, me detengo a hacer unas cuantas fotos, en un momento dado hay que saltar, es poco, como un metro, pero las condiciones desde luego no son las idóneas, me lo pienso, voy sola, Pablo no sabe donde estoy, y tardaría en preocuparse de buscarme, humm, desecho la idea del río, y vuelvo para arriba, traspaso el canopy y el cartel, y, comienzo a bajar por un sendero diferente al que había accedido, que suerte! estoy empapada en sudor y allí mismo hay una pocita perfectamente acondicionada y vacía!, es la mía me quito el vestido, zapatillas, y me meto...por Dios! no puedo ni entrar, el agua esta como para cocer unos frijoles! que bárbaro! bueno no es tanto como para cocinar, así que con un rato más logro meterme entera, empiezo a bajar hacia la piscina convencional donde están estos, también termal pero desde luego más fresca y con bar, según bajo voy viendo el resto de las pozas creo que hay unas 12, todas súper-coquetas, logro traerme a David, vamos probando a medida que subimos de nuevo y nos quedamos en la que mas nos apetece, es súper-agradable, el agua caliente, el día que había estado inseguro toda la mañana, se arranca a llover, lluvia tropical, intensa, unos goterones enormes, el momento es mágico, el entorno, la lluvia repicando en la superficie de la poza, los ruidos del volcán, se oyen desde aquí, de vez en cuando, amortiguados por la distancia, un momento para atesorar. Por fin, Pablo se decide a venir también, echamos allí el resto de la mañana, y salimos de un relax exquisito.
Ha estado lloviendo buena parte de la mañana, pero cuando salimos de la poza y sigue en ello, no nos hace ninguna gracia, es nuestro único día en esta zona, y queremos ver el pueblo de La Fortuna, a escasos minutos en taxi, en la habitación nos duchamos y cambiamos tranquilamente, como haciendo tiempo para que aclare, ni por esas, me rindo y saco chubasqueros para los cuatro. Le pedimos al taxi que nos deje por el centro, nos mojamos para buscar un sitio para comer y resignados acabamos en un burguer por petición infantil, algo bueno tenia que tener, cuando salimos...ya no llueve!, estupendo, incluso en un fugaz momento a lo largo de la tarde logramos ver el volcán al completo, desde nuestra posición parece que se erige al lado del pueblo. Paseamos, echamos una cervecita y unos refrescos, hacemos compras, charlamos con la gente, a sabiendas de que es el único rato que vamos a tener para ir a nuestra bola, aquí siempre hay una sonrisa para el viajero, se hace de noche y cenamos en un acogedor restaurante. Ya en el taxi, nos tienta el hecho de ver el volcán de noche, la lava cae y la oscuridad facilita su visión, pero todo el día ha estado encapotado, y justo antes de anochecer seguía así, por lo que renunciamos a ello y volvemos al hotel.


GUANACASTE

Vemos claramente que el hotel de Guanacaste esta donde Cristo perdió el mechero, ninguna población en el camino, creo que a partir de ahora, desconfiare de los "todo incluido", ya que creo que todo esta incluido, por que realmente no tienes forma de escaparte... bueno el hotel esta muy bien, todo hay que decirlo, sobre el mar, en la ladera de una colina, nuestra habitación esta arriba y el restaurante, bar, piscina y por supuesto mar, están abajo, bueeeeno, de alguna manera había que "bajar" todo lo que engulles con ese sistema del TI, afortunadamente llegamos para la hora de la comida, y tenemos toda la tarde por delante, así que tiramos de restaurante, bar, piscina, bar, playa, bar de piscina, bar, piscina, playa etc etc, al día siguiente (nuestro último día snif!) me muero de asco tanta piscina, playa y bar, y me cojo un kayak, para echar un rato haciendo algo para variar, los 3 islotes del fondo, se elevan tentadores..., están lejos sin duda, pero...me pongo en marcha en su dirección, es agradable hacer funcionar tu cuerpo, traspaso el embarcadero en construcción que esta a unos 300 m. de nuestro hotel, y sigo remando, en un momento dado, me doy cuenta que sigo en el mismo punto que hace un rato!, como puede ser?, no hay oleaje, el mar esta como un plato, una brisa ligera, me estoy boicoteando a mi misma? inconscientemente me da miedo estar tan lejos de la orilla, no saber que hay debajo, me da un poco de repelus, pero de ahí a remar remar y no moverme!, redoblo mis esfuerzos, bueno sobrepaso una playa diminuta, y una bastante grande, la brisa o las corrientes, me hacen rectificar el rumbo de vez en cuando, un poco más, me digo a mi misma, cuando alcance a ver las rizaduras del agua rompiendo contra los islotes me doy la vuelta..., miro para atrás y estoy lejísimos, y me queda la vuelta..., veo una pincelada blanca y me doy por satisfecha. Las olas que cortaba de frente a la ida ahora escapan de mi, por lo que parece que no avanzo, si antes tenia que rectificar el rumbo a menudo ahora es constante, mete el remo para frenar y que el kayak no se vuelva en dirección contraria, empiezo a pensar que ha sido una temeridad irme tan lejos, tras un momento de pánico, que me hace plantearme cuanto tardarían del hotel en venir a por mi, me sereno y me doy cuenta que solo estoy cansada pero se avanza tan bien como a la ida, empiezo a pasar los hitos en que me fijaba a la ida, y por fin llego a la playa, la voy a regañar!, el encargado de los kayaks, se ha ido muy lejos y ya estaba a punto de ir por usted!, pongo cara de poker, y de hacer esto todos los días, y le digo que no es para tanto, pero le agradezco haber estado atento, me doy un baño y a la pisci, tras un intento baldío de zumo de frutas solo, me tomo el zumo de frutas con ron que me ofrece el muchacho, buffff, la combinación de ejercicio, sol, y alcohol, me lleva directa a una hamaca de la piscina, siempre digo que soy incapaz de estar un rato tomando el sol, pero ahora estoy a gusto como media hora... todo un logro.

Tras la comida hemos alquilado un todo terreno con la familia de Ricardo, los 7, nos vamos a Tamarindo, el destino esta lejos pero nos han asegurado que hay ambiente playero, surfero, y animado, así que pasamos de playa del Coco, más cercana, y nos dirigimos a la aventura, el mapa te ofrece una aproximación a las carreteras costarricenses, pero hay que echarle algo de imaginación, nos perdemos en un par de ocasiones, preguntamos a dos parejitas jóvenes en el camino, miran dentro del vehiculo, y contestan con un ligero retraso, nos parece raro, y encima nos indican mal, tras unos kilómetros más en dirección errónea damos la vuelta hasta el cruce donde creíamos habernos equivocado, bueno... Tamarindo es ciertamente lo que nos habían dicho, un sitio agradable, la playa tiene unas olas estupendas, sobre todo comparándolas con la playa de nuestro hotel dentro del golfo del papagayo.
Aprovechamos para hacer compras, en las tienditas de recuerdos que jalonan la calle principal, y paseamos respirando el ambiente surfero, de la ciudad. La vuelta es por supuesto de noche (a partir de las 6 ya es noche cerrada), dudamos de la dirección a tomar, y nuevamente preguntamos, Jesús baja a hablar con un lugareño que le extiende la mano con ademán equívoco, tras un instante de duda, hace la consulta y completa, a su manera, el saludo iniciado por este, son gente amable, pero es de noche, no controlamos la situación y eso genera inseguridad, pero con sus indicaciones conducimos en la dirección adecuada.